Edificio Consrocio, un modelo de construcción. |
Hacemos una síntesis de los factores cruciales para ahorrar plata en energía y para sentir un mejor confort dentro del hogar.
1) Orientación de la casa: escoger viviendas o terrenos que tengan una buena orientación hacia el norte. Si la vivienda está orientada al norte, tendrá gran capacidad de ganancia solar cuando la necesite en invierno, y gran capacidad para obstruir esa ganancia solar en verano, con cortinas, por ejemplo. En cambio la orientación oriente-poniente es muy difícil de controlar. Y la orientación sur no entrega ninguna ganancia. En general desde Antofagasta hasta Puerto Montt se trata de zonas climáticas que no requieren enfriamiento. En ciertas zonas del norte grande puede ser necesario, pero en general en Chile no se necesita enfriar, lo que es muy bueno porque el enfriamiento es lejos la forma de mayor consumo energético. Enfriar es mucho más costoso que calefaccionar. Por lo tanto cualquier construcción que requiera ser enfriada porque se sobrecalienta, significa que es una mala obra, habla de un mal diseño.
El gráfico ilustra la ganancia solar de una construcción situada en Valdivia, según la orientación y medida en KWh/m2. La orientación norte ofrece más ventajas en los meses duros del invierno. |
2) Envolvente: los arquitectos coinciden en que esto es determinante. La casa, pasivamente –arquitectura pasiva, no activa, que es la requiere sistemas mecánicos-, es capaz de ahorrar en consumo energético. Una buena aislación de la vivienda es mucho más eficaz que cualquier tecnología. La envolvente de la casa implica trabajar con la aislación térmica, los puentes térmicos, las filtraciones, por donde se pierde mucha energía: sello de ventanas, de puertas, instalar la aislación correctamente.
Demanda energética entre envolventes con distinta eficiencia. La NT 2007 es la Normativa Térmica chilena del 2007. |
3) Ventilación: cuando se optimiza la envolvente, inevitablemente la circulación de aire se estanca, y está demostrado que en estos ambientes aumenta la incidencia de enfermedades respiratorias, asma, alergias, etcétera. Porque los niveles de contaminación dentro de una casa, incluso en una ciudad como Santiago, son más altos que en la calle. En segundo lugar, la ventilación no es sólo un factor de salud, también lo es de confort. El confort es un fenómeno subjetivo, donde la variable del movimiento de aire tiene mucho que ver. Por ejemplo en una sala atestada de gente, con temperaturas alta, se recupera la sensación de confort con solo mover una hoja delante de la cara. Pero la ventilación hay que saber manejarla, pues con ella también se aumenta la infiltración y pérdida de las fuentes de calor interna. Por lo tanto, si se optimiza la envolvente, el sistema de ventilación tiene que ser abordado de una manera más explícita. Se puede provocar una ventilación natural, por ejemplo cuando dos ventanas situadas en lados opuestos permanecen abiertas generando una ventilación cruzada. O bien introduciendo un sistema de ventilación mecánica: hay algunos de muy bajo costo y bajo consumo de energía, como el que describía la arquitecta Alejandra Schueftan en el primer número de esta revista.
Sistema de ventilación activo y pasivo. En la parte de arriba de la figura hay un rotor que activa un sistema de ventilación. |
4) Paisajismo: el arquitecto Esteban Undurraga comentó este cuarto factor. “Una de las estrategias más efectivas de control de comportamiento térmico tanto para ganar como para obstruir ganancias térmicas es el paisajismo. Así ocurre en proyectos simples como en complejos: hospitales, casas particulares, oficinas, etc”. Por ejemplo un árbol de hoja caduca que bote sus hojas en invierno, permitiendo la ganancia solar, y que bloquee el sol en verano gracias a su copa de hojas. O bien un muro verde, una cubierta vegetal, o simplemente un jardín: atenúan las oscilaciones térmicas, atrapan material particulado y toxinas en suspensión en la atmósfera y resultan, además, estéticamente agradables
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