Musgos: la gran pasión de Coca Ventura

Coca Ventura.
Más viejas que los dinosaurios, estas pequeñas plantas rastreras se encuentran en toda la casa de la dueña y gerenta de Sushi House.


TEXTO: Jazmín Lolas E.
FOTOS: Cristal Ferret




Fue hace ya una década que Coca Ventura, dueña y gerenta de Sushi House, descubrió su atracción por unas plantas pequeñas y rastreras que han existido por millones de años. Se trata de los musgos, minúsculos vegetales que surgieron en la Tierra antes que los dinosaurios y que pueden encontrarse a través de todo el planeta.

Su antigüedad no es proporcional a su fama, sin embargo. Los musgos no son precisamente cotizados en jardines particulares, exceptuando a gente como Coca Ventura, que ha decorado con ellos prácticamente toda su vivienda.
“Los tengo en todas partes: en la cocina, en los baños, en la terraza, en el patio, en el living. Si recorres la casa te vas a dar cuenta de que los he puesto en muchos lugares”, cuenta la empresaria.

Coca Ventura vive en Lo Barnechea, prácticamente al lado del cerro. El ambientes es, por lo tanto, más húmedo y frío que en el resto de Santiago. Su casa es enorme y tiene un jardín que parece tan grande como el interior y en el cual se ven algunos de los musgos que cultiva, algo escondidos entre arbustos, rosales, matas de lavanda y otras plantas de mayor tamaño. Ella misma estima que, entre copones de vidrio y maceteros, debe haber en su propiedad unos cien arreglos con estas mini alfombras verdes.

-¿Qué tienen los musgos que te gustan tanto?

-No lo sé, los encuentro lindos. Me parecen maravillosos, la verdad. He desarrollado cierta obsesión por ellos y no me pasa con otras plantas. No son caros y son una excelente base para decorar la tierra de otras especies del jardín.

Antes de apasionarse con los musgos, Coca Ventura tuvo por años una afición muy distinta: los bonsái. El primero fue uno que le regalaron cuando se casó y la colección creció considerablemente con el tiempo. Pero el gusto por estos delicados y minúsculos árboles decorativos empezó a cambiar cuando varios de sus ejemplares se enfermaron y debió dejarlos en una clínica para que se recuperaran.

“Les había entrado un hongo y me salió una cuenta tremenda, porque estuvieron varios días en la clínica. Son hermosos, pero decidí que no seguiría teniéndolos, porque hay que cuidarlos como si fueran hijos”, cuenta.

Aparte del gato, sobresale el rododendro.
Los bonsái fueron destinados a los locales de la cadena Sushi House, que actualmente suman 18. En cada uno puede encontrarse un ejemplar. De su cuidado se encarga el personal de cada sucursal y también el jardinero de Coca Ventura.

De los musgos, en tanto, sólo se preocupa ella. “Son míos, el jardinero lo sabe, así que me los deja a mí”.

-¿Y cuáles son los cuidados que requieren?

-Son bastante tincados, la verdad, porque cuando uno se deteriora, se muere no más, no hay vuelta. Hay veces en que he conseguido recuperar uno o dos que se han deteriorado, pero es difícil. El exceso de sol los mata. Si hay 34 grados, hay que protegerlos, lo mismo que cuando llueve, porque mucha agua los ahoga. En general, hay que mantenerlos a la sombra, pero no en la oscuridad extrema, y rociarlos más que regarlos. La humedad del baño, por ejemplo, les hace fantástico, se mantienen muy bien.

En la casa de Coca Ventura abundan los musgos colgantes y con hojas redondas. Es la variedad que más le gusta a la empresaria, quien además de haber repartido macetas y copones con estas plantas dentro y fuera del hogar suele utilizarlas para hacer arreglos con los que decora mesas y rincones en ocasiones especiales, como celebraciones de cumpleaños o cenas con amigos.

Nandina.
“Lo que más me gusta de ellos es que son colgantes y de hecho hay algunos que han llegado hasta el suelo. Cuando viene gente a comer, en vez de poner rosas u otras flores en los centros de mesa, adorno con musgos. Los combino con dulces, con brillos. A la gente le encanta que no tenga  la típica decoración, sino una alternativa enteramente verde”, comenta.

-¿Quienes te conocen ya te identifican por tu afición a los musgos?

-Todos saben, porque no sólo tengo en mi casa, sino que además compro para hacer regalos. También me regalan, porque todo el mundo sabe que los amo. Y hay amigas mías que traen los suyos para que yo se los críe y les haga un arreglo. Yo siempre les digo que bueno, porque me encantan. No requieren el cuidado de los bonsái, aunque hay que ponerles atención, y además no cuestan caros. Me gusta esa especie de paradoja que se produce cuando uno los ubica junto a objetos decorativos caros.

-¿Qué otras plantas compras porque te gusta tenerlas en la casa?

-También me encantan los cactus. Lo que más me llama la atención de ellos es que son tan simples y tan hermosos a la vez. Además, uno los ve en todas partes –en el campo, cuando va a la nieve-, pero al mismo tiempo puede tenerlos en su casa. No son plantas muy glamorosas, por decirlo de alguna manera, pero hay una enorme variedad y cuando florecen son preciosos.

-Los cactus son aún más fáciles de mantener.

-Sí, yo los rocío una vez al mes, porque esos sí que necesitan poca agua. El jardinero siempre me trae de regalo, porque sabe que me gustan.


MANTOS VERDES

Pertenecientes a un grupo de plantas llamadas briófitas, los musgos surgieron en el planeta hace unos 350 millones de años y entre sus características se cuenta la ausencia de conductos (tejidos vasculares) que transporten agua o nutrientes a través del cuerpo de un ejemplar. Es por eso que no se consideran vegetales que tengan propiamente hojas o raíces: la parte que les permite aferrarse al sustrato o tierra se llama rizoide y sólo sirve para ese propósito. Del mismo modo, es la superficie completa de la plana la que absorbe humedad del exterior, al igual que elementos nutritivos.

Los musgos son en general pequeños y si bien hay algunas plantas que se elevan hasta 20 centímetros sobre el suelo, la mayoría son de carácter rastrero y tienen, por lo mismo, la capacidad de formar verdaderos mantos verdes dependiendo de la superficie en la cual crecen. Su medio ideal son los climas tropicales, donde existe mayor humedad, pero también se han adaptado, y crecen, en lugares desérticos y en medio del hielo del Ártico y de la Antártida. No producen plantas ni semillas.

Aunque es posible darles a los musgos usos decorativos, estas plantas tienen una serie de propiedades que superan ampliamente esa función. Entre otros roles, estos vegetales de escaso tamaño evitan la erosión del suelo, fijan grandes cantidades de carbono y nitrógeno (elementos esenciales), mantienen la humedad y sirven para el nacimiento y desarrollo de animalitos vertebrados e invertebrados. Es decir, favorecen el crecimiento de otras plantas. Son, por otro lado, altamente sensibles a la polución, ya que retienen sustancias contaminantes. Esto los convierte en vegetales sumamente útiles para medir la pureza de la atmósfera.


Al fondo, papiros.
ESPECIES Y CULTIVO

En el mundo entero existen aproximadamente 13 mil especies de musgos, de las cuales unas 800 se encuentran sólo en Chile. Es decir, son especies endémicas. A pesar de esta abundancia, es escaso el conocimiento que existe sobre estas plantas en nuestro país, así como es mínimo el número de especialistas dedicados a estudiarlas. Uno de los lugares que se ocupa de investigar y cultivar estos vegetales es el Departamento de Botánica de la Universidad de Concepción, que alberga a unos 20 mil especímenes.

Quienes quieran iniciarse en el cultivo de musgos, deben tener en cuenta que el mayor enemigo de estas plantas son los hongos y que por lo tanto es indispensable mantenerlas secas. No es necesario comprarlos, porque pueden recolectarse en zonas húmedas y boscosas. Una vez recogidos o adquiridos, hay que asentarlos en sustratos bien hidratados, que además pueden ser acondicionados con sustancias ácidas como yogur o suero.

Se recomienda rociarlos diariamente y evitar el sol directo, del mismo modo que los encharcamientos.

Senen Sobarzo.
SENEN SOBARZO VIGILA EL JARDÍN

Senen Sobarzo cuida el jardín de Coca Ventura desde hace 15 años, aunque desde hace cinco que vela por el actual, situado en las altura de La Dehesa. Por allá, cuenta Senen, los  suelos son duros y con poco drenaje, a diferencia de los suelos de los otros jardines que le toca cuidar, como en Las Condes o San Bernardo, por ejemplo. 
“En La Dehesa los suelos son gredosos, por eso para hacer un jardín ahí hay que sacarle tierra gredosa para incorporarle tierra de hoja o tierra vegetal”.
···Agradecimientos al Jardín Aquelarre, donde se tomó esta fotografía. Está en la calle Ramón Freire 10246, paradero 23 de Vicuña Mackenna.

Mandarino.
ESPECIES EN LA CASA DE COCA VENTURA
*Rosas
*Hiedra jaspeada
*Laurentina
*Cubresuelos
*Cactus
*Rododendros
*Papiros
*Magnolio
*Arce japónico
*Azaleas
*Nandina
*Mandarino
*Lavanda
*Viburno, el que tiene la hoja verde y no tiene flor.
*El pasto es una mezcla Manquehue. Tiene dichondra, pasto chépica, trébol.

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