Experimento demostró por qué jardinear es un ejercicio

Organismos de salud de EE.UU. aconsejan a ancianos pasar 30 minutos en el patio y los maceteros como medida saludable. Un grupo de investigadores sometió a examen la recomendación.  

El Verano, de Abel Grimmer.

En medicina hay lo que se llama la teoría de la higiene. Es una hipótesis que señala que el aumento del asma y las alergias los últimos siglos obedece a que cada vez vivimos en ambientes más limpios. Habitar entonces ambientes asépticos hace que nuestro organismo se desacostumbre también a las moléculas de la caspa del perro o el polen, por ejemplo, provocándonos alergias.

Una investigación muy curiosa desarrolló un equipo de neurólogos e inmunólogos liderados por Christopher Lowry, de la Universidad de Bristol. Tomaron la Mycobacterium vaccae, una bacteria inofensiva presente en la tierra, y la inyectaron a ratones de laboratorio. El experimento mostró que en los ratones se liberó un neurotransmisor denominado serotonina, que se relaciona con la inhibición de la ira y la agresión, entre otras cosas.  

La conclusión del doctor Lowry fue que basta con un paseo por el jardín para inhalar la bacteria. O bien hay que ingerir las hortalizas del propio jardín.

El paseo por el jardín también fue objeto de otro interesante estudio, esta vez relacionado con el ejercicio. Resulta que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. y el Colegio Americano de Medicina Deportiva recomiendan al menos 30 minutos de jardinería la mayoría de los días de la semana para las personas ancianas. Los profesores Sin-Ae Park, Candice Shoemaker y Mark Haub, de la Universidad de Kansas, decidieron comprobar si la recomendación era efectiva o no.

Tomaron un grupo de 14 ancianos aficionados al jardín, cinco mujeres y nueve hombres de entre 63 y 86 años, y les midieron su gasto energético, su consumo de oxígeno, su ritmo cardíaco, etc. Los observaron en promedio 53 minutos. Y ellos, los sujetos del experimento, informaron que en su vida cotidiana en promedio jardineaban 33 horas a la semana en mayo y 15 en junio y julio. Es decir, muy superior al tiempo aconsejado por los organismos de salud.

Tras medir los índices físicos y mentales de las señoras y los señores, los investigadores concluyeron que la recomendación de los organismos de salud era efectiva.