Sea el dueño de su propia electricidad


Este año se abrirá el mercado de los paneles fotovoltaicos para domicilios.
La Ley de Generación Residencial permitirá que pronto los hogares puedan autoabastecerse.

Texto: Rodrigo Villa

Se llama Ley de la Generación Residencial de electricidad, pero es más conocida por su nombre internacional: net metering, o medición neta en español.

Suena raro pero es muy sencilla de explicar. Se trata básicamente de que hoy los hogares consumen energía eléctrica que es provista por las empresas generadoras. Pero a partir de esta ley, que ya fue aprobada en sus dos trámites legislativos y sólo falta su promulgación por el Ejecutivo, una vez que el Ministerio de Energía determine las disposiciones operativas, el asunto podría cambiar.

Cualquier persona que tenga en su hogar un equipo de generación de energía, ya sea por paneles fotovoltaicos, por energía hidroeléctrica, eólica o cualquier otra fuente renovable, podrá además de recibir electricidad, inyectar la propia al sistema.

Qué gana con eso: que logre disminuir o eliminar su cuenta de luz, ya que en algún momento su aporte al sistema va a ser igual o mayor que lo que recibe de él.

Solarbaum, o Árbol Solar, en la ciudad de Gleisdorf, Austria. El árbol solar es un símbolo de la ciudad, y prueba de que los paneles pueden formar parte del paisaje de las ciudades. Crédito: Anna Regelsberger

Incluso, existe la posibilidad de que si el aporte es mayor que lo que recibe, las empresas eléctricas deban pagarle por el excedente, que en el caso de esta ley se traduce en el descuento en futuras cuentas, algo así como una tarjeta de débito de electricidad.

Este sistema ha sido probado en muchos países. En Australia, por ejemplo, el valor de la electricidad asignada al sistema es cuatro veces mayor que el recibido, lo que generó un boom de los hogares por tener sus equipos eléctricos, muchos de ellos con fines de lucro, porque a diferencia de lo que ocurrirá en Chile, allá el excedente se paga en efectivo.

Ante eso, la ley se modificó estableciendo límites para la generación residencial de energía.

Lo claro es que a partir de esta ley se espera que muchos hogares se interesen en invertir en sistemas de generación eléctrica renovable, especialmente en paneles solares fotovoltaicos debido a su tamaño y costo (ver recuadro).

Y aunque faltan las especificaciones técnicas, ya hay en el país equipos que permiten convertir la energía de los paneles a energía alterna, pudiéndola inyectarla al sistema y medir esa cantidad.

Ahora sólo resta entusiasmarse, hacer una pequeña inversión y bajar considerablemente la cuenta de la luz.


Paneles fotovoltaicos en una Exposición en Japón.
Crédito: Gnsin
PANELES FOTOVOLTAICOS: UNA INVERSIÓN RENTABLE


Con la próxima promulgación de la ley de net metering aumentarán de manera explosiva tanto los cursos como la oferta de paneles fotovoltaicos.

En la actualidad existen especialmente en hogares de zonas semi rurales o en casas ecológicas, pero la gracia del sol es que alcanza para todos. Basta tener un techo o una planicie y del tamaño de eso dependerá el tamaño del panel que se instalará y por ende la cantidad de energía que generará.

Como ejemplo, una celda solar de 10 por 10 centímetros genera 1,5 watios, por lo tanto un panel de un metro genera unos 100 watios, suficiente para iluminar un hogar, especialmente si se usan ampolletas led de bajo consumo.

Hay hogares que utilizan los paneles para calentar un termo eléctrico que les permite tener agua caliente para la ducha.

Las posibilidades son infinitas. La gracia es que en las horas en que no es necesaria la luz eléctrica o no están encendidos los electrodomésticos, esa energía puede ser inyectada al sistema gracias a esta iniciativa y posteriormente será descontada.

En el mercado, un sistema de paneles solares domiciliario tiene un costo entre los 400 y los 700 dólares, o sea, entre 200 mil y 350 mil pesos, lo que lo hace muy rentable si se piensa que, dependiendo del tamaño, podría generar un ahorro desde 10 mil pesos mensuales en la cuenta.

Y la otra gracia es que en la mayoría del territorio chileno hay condiciones muy favorables de luz para estos paneles.
 

El mejor ejemplo de que no sólo el panel fotovoltaico es un recruso ciudadano, también lo es la energía eólica. Pero habría que analizar su factibilidad. La foto es de San Sebastián, España.
Crédito: Patrick Charpiat
LED, LA LUZ MÁS AMIGABLE CON EL AMBIENTE

Hasta hace unos años, los led, light emitting diode en su sigla en inglés, sólo eran conocidos como unas pequeñas lucecitas en los equipos de música, que servían para indicar, en rojo o verde, que estaba prendido o apagado o si estaba grabando el cassette.

Hoy son la fuente de luz más eficiente y económica del mercado. A diferencia de las luces incandescentes como las ampolletas, o las que utilizan gases como los tubos fluorescentes, los led emiten luz en forma de fotones gracias a la conexión de un diodo a un circuito.

Los led tienen grandes ventajas sobre las luces tradicionales, como un consumo de energía mucho menor, mayor tiempo de vida, tamaño más pequeño, gran durabilidad, resistencia a las vibraciones, reducen la emisión de calor que produce el efecto invernadero y, sobre todo para este tema, es ideal para ser usado por paneles solares, ya que no se afecta con las intermitencias del sistema como las ampolletas tradicionales o los tubos fluorescentes.

Las ampolletas led más baratas en el mercado van desde los 3 mil pesos, y pueden llegar hasta los 10 mil, pero la gracia es que ahorran hasta un 80 por ciento de energía respecto de la tradicional, por lo que la inversión se recupera entre seis meses y un año.

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