Esteban Undurraga. |
Por Alejandro Pardo
Esteban Undurraga se tituló de arquitecto en 1995. Tras un largo viaje llegó a Vancouver, Canadá, donde primero se empapó del conocimiento de la madera. Y este material fue la puerta de entrada al tema de la sustentabilidad. Hoy trabaja en su propia empresa consultora, Ingeniería Blanda. Aquí desglosaremos la entrevista en tres puntos: su hogar, su investigación académica como punto de partida de su trabajo, y Santiago.
SU CASA
Undurraga tiene un departamento con una gran ventaja: una excelente orientación norte, así gana calor y luz del sol. La desventaja es que el 50% de su fachada da al sur, por donde se pierde calor y recibe escasa radiación solar. En el verano esto ayuda a refrescar la casa, pero en invierno se resiente la cuestión.
Imagen térmica de los puentes térmicos (por donde se pierde calor) en el marco de una ventana. |
El departamento está construido íntegramente en hormigón armado, un material de alta inercia térmica. ¿Qué es la inercia térmica?: la capacidad de contener energía calórica a través de un material. Undurraga explica: “El hormigón armado (ver recuadro) puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo. En las condiciones de mi casa es mi peor enemigo. Como el 50% de mi fachada da al sur, nunca le llega el sol, y por su alta inercia térmica el hormigón está casi siempre frío, entonces absorbe ese calor interior de la calefacción y lo suelta a su vez hacia las zonas donde hace más frío: el exterior de la vivienda. En el fondo yo prendo la calefacción de mi departamento para calentar los muros de mi edificio y ojala en la pasada calefaccionarme a mí. Que es lo que le pasa al 99% de las construcciones en Chile”.
Lana de vidrio. |
El secreto está entonces en usar esa inercia térmica del hormigón para convertirlo en un aliado. Undurraga dice que el hormigón armado “incluso puede ser convertido en un depósito de calor, una suerte de cuenta de ahorro para el hogar”. Para convertirlo en un aliado ideal habría que aislar la casa o el edificio por fuera del hormigón. Así la aislación retendría el calor en el hormigón (en la cuenta de ahorro). Luego, cuando el interior de la casa se enfríe, el hormigón liberaría el ahorro de calor (ver recuadro) hacia el interior de la vivienda.
El problema es que en su caso –el de Esteban– no puede aislar el edificio entero por fuera.
-¿Qué estás haciendo para remediar el problema de la aislación?
-No me queda otra alternativa que aislar por dentro para así al menos contener el calor que yo genero sin que se pierda hacia el exterior. Le doy así preferencia a las masas térmicas de las losas del cielo y el suelo como mis depósitos de energía. Además estoy cambiando las ventanas de vidrio simple (ver recuadro) y sellé las infiltraciones posibles de puertas y ventanas.
-¿Cómo estás haciendo la aislación?
-Estoy haciendo una aislación simple y artesanal por dentro con lana de vidrio, montada en una estructura de madera que está cerrada con un foil reflectante y terminada con doble plancha de yeso-cartón. La aislación es para evitar la fuga de calor, el foil reflectante es para reflectar lo más posible la radiación térmica, cosa que ni siquiera entre al muro, y una doble plancha de yeso-cartón es para aumentar en algo la inercia térmica que pueda entregar al espacio de dentro.
INVESTIGACIÓN
Lo que investigó Undurraga en Canadá fue lo siguiente: el fenómeno de cómo una construcción –entendida como un sistema- “penetra en ambientes prístinos” o poco alterados de la naturaleza: “Un hotel en la alta cordillera, una planta industrial en medio de un bosque, una cabaña en la mitad de una reserva natural”. No se cuestionó si era bueno o malo, simplemente dijo “esto ocurre”. Entonces se preguntó cómo evitar que esa penetración altere la capacidad de carga de ese “ecosistema prístino”. En otras palabras, cómo evitar que se desquilibre. ¿Y cómo se logra eso?, “entregando herramientas científicas al diseñador para que entienda cómo funciona ese sistema natural, y a su vez entregando a los científicos herramientas sobre diseño arquitectónico, para que en definitiva tanto científicos como diseñadores puedan sentarse a la mesa a sacar un proyecto adelante en condiciones aparentemente irreconciliables”.
-¿Por qué es necesario este diálogo entre diseñadores y científicos?
-En los años 70, 80, cuando había una suerte de caricatura sobre el diseño ecológico, se hablaba mucho de emular y “fundirse” con el paisaje. Por ejemplo, en una pendiente de un cerro, con un bosque en la mitad, el arquitecto ‘ecológico’ habría sacado los árboles y diseñado una construcción con una pendiente de cubiertas similar a la topografía del lugar. Pero si lo miras desde el punto de vista del funcionamiento de ese ecosistema, al colocar sobre esa pendiente una cubierta que emule la topografía –el paisaje del sitio– estás reemplazando un terreno que originalmente es altamente permeable. Si lo haces, acelerarás el escurrimiento de aguas-lluvia, que de otra forma habría infiltrado en el terreno. Con ese escurrimiento aceleras la erosión hacia abajo y por lo tanto el desprendimiento de capa vegetal, y en definitiva provocarás el colapso de ese ecosistema”.
“Entonces la forma ecológica de responder a ese ecosistema ecológico es por ejemplo invirtiendo la pendiente de la cubierta, conectándola paralelamente a un sistema de infiltración. Por ejemplo puedes colocar una cubierta vegetal que haga más lentas las velocidades de escurrimiento. Así el sistema construido emulará el funcionamiento de ese ecosistema, no la estética del sistema. ¿Y cómo? Eso se logra estudiando y emulando las velocidades de infiltración, la evapotranspiración, etc”.
Con estas herramientas científicas el diseñador de la construcción podrá ahora sí dar aire a su creatividad estética. El logro de Undurraga: elaborar una síntesis metodológica para provocar ese puente entre ciencia y diseño, principio que orienta hoy su actividad como consultor.
SANTIAGO
Vista satelital de Santiago. |
El siguiente es el tercer tema de la conversación con Undurraga.
Si bien la inorgánica ampliación de Santiago no penetra en una naturaleza virgen, sí puede ser analizada con esa metodología de Undurraga.
“Santiago hoy es un fenómeno de lo que exactamente no hay que hacer. Es un gran fracaso urbanístico, a pesar de haber tenido todos los ingredientes para ser una ciudad grata, integrada e inteligente. La desclasificación de suelos que generará una expansión inorgánica del perímetro de la ciudad puede provocar una dependencia total del sistema vial y del parque automotriz, que encarece la operatividad de la ciudad, aumenta su huella ecológica, aleja las fuentes de alimentos de los puntos de consumo, desarticula comunidades y de paso entrega un subsidio encubierto a la especulación inmobiliaria y al sistema productivo”, detalla Undurraga.
-Pareciera que es irreversible este fenómeno.
-Yo no soy tan pesimista. No estamos en un punto irreversible como Ciudad de México o Sao Paulo. El año 2050 Santiago podría ir desde Lampa a Rancagua. Pero la oportunidad es del tamaño del problema.
-¿Cómo es el modelo de Vancouver, donde tú estuviste?
-Es considerada una de las mejores ciudades del mundo. En los 80 en Vancouver se hizo un plebiscito para aprobar o rechazar la primera autopista urbana que habría penetrado directamente en el casco urbano de la ciudad. Y la ciudadanía votó no. Y hoy Vancouver no tiene ninguna autopista urbana al interior del radio urbano. Y puedes llegar a todos lados en cinco minutos. Tienes además un cinturón verde alrededor que se llama reserva de tierra agrícola. Está protegida por el plan de desarrollo urbano y es el origen de gran parte de la cadena alimentaria de Vancouver, a exactamente 10 minutos del centro y de los puntos de consumo, y que además ayuda a contener el crecimiento de la ciudad. Vancouver tiene además 24 kms ininterrumpidos de vías para bicicletas y peatones en el borde costero. Comparémoslo con su ciudad hermana, Seattle, al otro lado de la frontera, en EE.UU. Seattle hoy está invirtiendo millones de dólares en desarmar el sistema de autopistas urbanas para controlar la expansión de la ciudad. Muchas de esas autopistas se construyeron en el borde costero y la ciudad así le dio la espalda al mar. Y hoy Seattle tiene una de las tasas más altas de congestión vial del país.
RECUADRO
¿Buscando casa?
Pregunte por el hormigón y la aislaciónTradicionalmente en Chile la industria aísla por dentro de la construcción o al interior del paquete de muro. Undurraga, al igual que Alejandra Schueftan, a quien entrevistamos en el primer número de la revista, dicen que la aislación correcta se hace por fuera. Por qué. Porque el hormigón así queda dentro de la aislación de la vivienda.
*Qué implica: como el hormigón tiene una inercia térmica alta, una parte del calor que se gane al interior a través de las ventanas durante el día, que es cuando se necesita menos calor en el interior del hogar, se va a depositar en el hormigón. “Porque el calor, a diferencia de lo que la gente cree, no sube de abajo hacia arriba, sino que avanza de caliente a frío”, explica Undurraga.
*Qué ocurre: durante el día el hormigón es entonces un gran depósito de calor, “una cuenta de ahorro”, explica Undurraga: Y cuando se cierne la noche, cuando el interior de la vivienda tienda a estar más frío que el hormigón, es calor depositado se liberará –irá de caliente a frío- hacia dentro de la casa. El resultado serán menores oscilaciones de temperatura interior y menor gasto en energía.
RECUADRO
Ventanas de termopanel
“Yo creo que hay harto mito respecto de las ventanas de termopanel. Basándome en indicadores de conductividad térmica, yo encuentro que el termopanel de termo tiene poco. El gran secreto de las ventanas no está en el tipo de cristal, sino en el tipo de marco. Muchas veces compras un sistema de cristales y te dicen que el valor u (conductividad) es excelente, pero ese valor u está medido por el fabricante al centro del vidrio. Pero si le pides el valor u promedio, es decir el valor u del vidrio más el valor u del marco, el valor u del sistema completo es muy distinto al valor u del fabricante del vidrio. En general las ventanas son por lejos el talón de Aquiles de todas las envolventes”, explica Esteban Undurraga.
Ventana de termopanel. |
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