Los fabulosos techos verdes diseñados en la década del 30 en NY

Así lucirían los techos verdes del Rockefeller Center.
Techos verdes: ya a comienzos de la década del 30 del siglo XX los Rockefeller quisieron imprimirle esta corona vegetal a su Centro Rockefeller, en el piso 11 de uno de sus rascacielos en Nueva York, y desde donde además deberían conectarse, mediante hermosos puentes  peatonales, los demás edificios de esta red.




Contrataron al arquitecto paisajista galés Ralph Hancock. Su misión era emular, grosso modo, los estilos de los jardines holandés, francés, español, italiano, estadounidense silvestre, japonés e inglés, así como los modernos jardines geométricos, muy de moda a la sazón de esos tiempos. Y este fantástico mundillo vegetal rascando los cielos estaba llamado a convertirse, según rezó la propaganda de la época, en un sublime santuario de aves.

Imagíneselo: 3.000 toneladas de tierra, 500 toneladas de ladrillos, 20.000 bulbosas de flores, 100 toneladas de piedra natural; cerca de 2.000 árboles y arbustos fueron subidos al piso 11 por el ascensor o bien usando enormes poleas. E incluso, Hancock dispuso de pasto importado de Inglaterra.

El jardín británico.
Entre otras curiosidades, el jardín de rocas internacional (uno de los tipos de jardín que había y que así se llamaba) contenía una caída de agua y un mini arroyo, para lo cual fue necesario elevar 360 mil litros de agua mediante una bomba a electricidad, hasta el piso 11.  
En suma esta obra, cuyas partes detalladas se alcanzaron a terminar, no así el resto, se llamó “Gardens of the Nations” (jardines de las naciones) y fue inaugurada el 15 de abril de 1935, o sea en plena primavera boreal. A la ceremonia asistieron 400 invitados, entre ellos, los embajadores de las naciones representadas y los Rockefeller. Y el 16 de abril fue abierta al público.
El jardín italiano en invierno.

Fue un éxito. En sus primeros siete meses tuvo 87 mil visitantes que pagaron 1 dólar cada uno para ver el espectáculo. Luego cerró para el invierno y reabrió rebajando la entrada a 40 centavos de dólar.

Pero pese a su popularidad, el denominado “tour de los jardines del cielo” hubo de cerrar en 1938, aunque el paseo continuó siendo un atractivo para los más interesados.
El jardín español.

Lamentablemente los jardines, así como fueron diseñados, ya no existen. Algunos árboles se mantuvieron, pero los restos del trazado original desaparecieron a comienzos de los 70 cuando para dar espacio a la colocación de equipos de aire acondicionado y antenas de televisión en el techo.
El jardín de rocas con su arroyo serpenteando.



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