Mas de $2 millones ahorró esta familia francesa gracias a autocultivo
Virginie y Rodolphe Grosleziát son un matrimonio de profesores franceses que estaban hartos de lo que ellos llamaban la “cronofagia y el mundo energívoro”, es decir, de la realidad que chupa las energías y agosta el sagrado tiempo. Soñaban con una vida más amable, espaciosa, sana y verde. El primer hijo venía en camino y decidieron ponerse una meta. Mudarse de casa. Las condiciones eran las siguientes: que el nuevo hogar quedara a máximo cinco kilómetros del trabajo, construir una casa bioclimática y tener un pequeño huerto. El 2002 llegaron a su nuevo hogar y se lanzaron a la aventura. Orientaron su casa de madera, con grandes ventanales, hacia el sur –así como en el hemisferio sur se recomienda hacerlo hacia el norte-, le instalaron paneles solares para calefacción y agua caliente, y diseñaron un huerto sensacional.
El problema es que al principio ni Virginie ni Rodolphe tenían la mínima idea de jardinería, menos de huerto, así que se sumergieron en la lectura de libros y blogs sobre la materia. Muy inspirador dicen que fue el libro “Le Jardin du paresseux” (El Jardín de los Perezosos, de Patricia Beucher, de fácil comprensión y muy didáctico.
Y a medida que fueron aprendiendo fueron llegando además más hijos, que hoy son tres: Lola, Léo y Loup. Para retratar este work in progress familiar crearon un blog, http://reptilyfamily.free.fr.

Su éxito impulsó a Rodolphe a publicar un libro el año 2009, el año de crisis. Se llama “Le Potager Anti-Crise” (El Huerto Anti-Crisis).
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